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Las varices son dilataciones anómalas de las venas.

Las varices son dilataciones anómalas de las venas, dependiendo del tamaño y la sintomatología que produzcan se clasifican de menor a mayor gravedad aunque por regla general se consideran una patología “benigna”, que no causa complicaciones grave. Las varices son la manifestación más frecuente de la insuficiencia venosa primaria en los países occidentales y afectan a una cuarta parte de la población adulta.

Las venas varicosas se producen por la aparición de un flujo anómalo o reflujo (la sangre no va en el sentido que le corresponde). Las venas tienen como función devolver la sangre al corazón. Los pacientes que presentan varices se produce un reflujo, eso significa que la sangre va en el sentido contrario, sobrecarga las venas de las piernas y estas se dilatan produciendo una serie de signos y síntomas por acúmulo de la sangre en las extremidades inferiores.

El reflujo produce una hipertensión venosa que es la responsable de la progresión del fallo valvular, de la aparición de síntomas y de la progresión de la enfermedad. Las válvulas son importantes, estas son pequeños elementos reguladores del flujo circulatorio que se encuentran dentro de las venas, este reflujo (sangre que va en sentido contrario al que le toca) produce un aumento de carga o hipertensión, este aumento de la presión dañará las válvulas y producirá una progresión de la enfermedad, a más daño valvular, más reflujo, más hipertensión venosa, más varices y más síntomas.

La causa de aparición no está bien establecida pero si existen factores que contribuyen a un mayor riesgo de padecer varices. El factor que tiene un mayor riesgo asociado son los antecedentes familiares de varices. Si los padres tienen varices el riesgo de desarrollo de las mismas por parte de los hijos es del 90%. Por lo tanto si tenemos antecedentes familiares de varices, tenemos más riesgo que el resto de padecer esta problemática, esto aumenta considerablemente cuando son padre y madre los que las padecen.

Otros factores que contribuyen a la aparición de varices son la edad avanzada y las principales causas son la debilidad muscular que se produce con el envejecimiento así como el deterioro de la pared del vaso con el paso de los años.

El estilo de vida sedentario y trabajos con bipedestaciones prolongadas (largos ratos de pie) se han asociado a la aparición de varices.

Dr. Jordi CordobèsD. Varius

El sexo femenino tiene una especial predisposición a padecer varices, fundamentalmente varices estéticas o las también llamadas arañas vasculares, si se compara con el sexo contrario. Esto no sucede con la aparición de varices tronculares (las grandes o quirúrgicas), donde ambos grupos presentan una incidencia parecida.

El embarazo es otro factor que predispone al aumento de la incidencia en mujeres, los cambios hormonales unidos al aumento de la presión intrabdominal por el crecimiento del feto son los factores más determinantes.

El sobrepeso o obesidad también contribuyen a una mayor predisposición de padecer varices. Esto es debido a factores similares al embarazo: el aumento de la adiposidad o grasa central hace expandir el volumen intravascular que a su vez resulta en un aumento de la presión venosa, que como hemos dicho antes es la causante del fallo valvular y la aparición de las varices.

El estilo de vida sedentario y trabajos con bipedestaciones prolongadas (largos ratos de pie) se han asociado a la aparición de varices, más en mujeres. Hay estudios que demuestran un mayor riesgo de padecer varices en aquellos hombres que no realizan ejercicio de forma rutinaria, esto se atribuye a la importancia de la bomba muscular para la prevención de las mismas. La bomba muscular actúa impulsando la sangre de retorno al corazón y esta funciona con el movimiento de las piernas.

Factores como la dieta, tratamientos hormonales y el tabaco no han demostrado una clara evidencia en su relación con la aparición de varices.

Por lo tanto podemos ver que las varices presentan una clara asociación familiar, y aquellos familiares de pacientes con antecedentes de varices tienen un riesgo incrementado de padecerlas. Las mujeres asimismo, tienen especial predisposición a sufrir las famosas arañas vasculares o varículas, que son el grado más leve de la enfermedad venosa crónica y generalmente suponen un problema estético aunque en algunos casos pueden asociar síntomas.

Hábitos de vida saludables, el ejercicio físico, así como el control del peso contribuirán a prevenir la aparición o progresión de los síntomas derivados de la insuficiencia venosa.

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