Consiste en la extracción de varices mediante cortes tan pequeños que no precisan la aplicación posterior de puntos para el cierre de las heridas. Puede realizarse mediante anestesia local y la recuperación es casi inmediata, con un excelente resultado estético, pudiendo reiniciar las actividades laborales en pocos días. EL principal problema radica en la NO eliminación del punto de fugo o sitio de donde “nacen” las varices, con el riesgo de recidiva (reaparición de varices) en un futuro.
Tratamientos en quirófano