Consiste en la inyección en la vena de una substancia que irrita el endotelio de la pared venosa. Esto provoca una reacción que anula la misma, quedando un cordón fibroso que tiende a la desaparición. Esta puede realizarse mediante líquidos, o espuma. La técnica de la microespuma permite un tratamiento más efectivo ya que con la formación de la misma aumentamos la superficie de contacto, permitiendo una esclerosis más intensa a la vez que se disminuye la dosis de esclerosante. Esta técnica se realiza en la consulta y el paciente sale andando con una media elástica. No precisa de recuperación. En la actualidad esta técnica se recomienda para el tratamiento del 85% de las varices estéticas.
La microespuma se inyecta tanto en las venas más pequeñas (telangiectasias o arañas vasculares rojizas) como en las venas reticulares (venas azules).